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Enfermedad de Parkinson: Cómo entender este complejo trastorno neurodegenerativo

El ex quarterback de la NFL Brett Favre se une a una lista de famosos, como Michael J. Fox y Muhammad Ali, para concienciar a las personas a las que se les ha diagnosticado la enfermedad de Parkinson. Se trata de un trastorno neurodegenerativo común pero complejo que afecta a 10 millones de personas en todo el mundo y que afecta principalmente al movimiento.

La enfermedad de Parkinson (EP o PD, por sus siglas en inglés) se produce cuando las células nerviosas del cerebro que producen dopamina -un neurotransmisor responsable de muchas funciones corporales importantes, incluido el movimiento- comienzan a deteriorarse. Como resultado, las personas que padecen la enfermedad pueden experimentar diversos síntomas motores y no motores que progresan con el tiempo.

No hay dos pacientes con enfermedad de Parkinson iguales. La progresión de la enfermedad varía mucho de una persona a otra, pero en la mayoría de los casos los síntomas cambian lentamente. Con los avances en el tratamiento, los cambios en el estilo de vida y la investigación en curso, muchas personas con Parkinson pueden controlar sus síntomas y mantener una buena calidad de vida durante años.

Estos son algunos datos clave que hay que saber sobre la EP:

1. La enfermedad de Parkinson repercute en los síntomas motores

Aunque el Parkinson puede causar una amplia gama de síntomas, hay cuatro que son fundamentales para hacer un diagnóstico:

  • Lentitud de movimientos: Dificultad para moverse o realizar tareas que requieren agilidad física.
  • TembloresTemblores o ligeras sacudidas en manos, brazos, piernas, barbilla o cabeza.
  • Rigidez muscular: Rigidez en brazos, piernas o torso.
  • Dificultad para andar o falta de equilibrio y coordinación: Dificultades con la marcha y la coordinación que a menudo se traducen en un caminar arrastrando los pies o en caídas.

De estos síntomas motores clave, la lentitud de movimientos debe estar presente para hacer un diagnóstico clínico de la enfermedad de Parkinson, dice el doctor Guillaume Lamotte, especialista en trastornos del movimiento y profesor adjunto del Departamento de Neurología de la University of Utah Health.

Sin embargo, muchos signos no motores de la EP pueden estar presentes antes del diagnóstico:

  • Pérdida del sentido del olfato
  • Actuación en sueños (comportamiento de representación onírica), en el que la persona da patadas, grita, lucha y se mueve en sueños.
  • Presión arterial baja, especialmente cuando la persona se pone de pie.
  • Estreñimiento
  • Problemas de control de la vejiga

En ausencia de movimientos anormales, estos síntomas no motores pueden indicar un mayor riesgo de desarrollar Parkinson. Sin embargo, no son suficientes para diagnosticar EP.

2. Los hombres de 60 años o más son los más expuestos

La edad es el factor de riesgo más importante en la EP, que afecta principalmente a personas mayores de 60 años.

Aunque a la mayoría de los pacientes se les diagnostica en sus últimos años de vida, una forma de la enfermedad conocida como enfermedad de Parkinson de aparición temprana (YOPD, por sus siglas en inglés) puede afectar a personas menores de 50 años. Aproximadamente el 4% del millón de personas que padecen Parkinson en EE.UU. desarrollan YOPD. Las personas diagnosticadas con YOPD pueden tener antecedentes familiares de EP. 

"A mayor edad, mayor prevalencia de Parkinson", dice Lamotte. "Eso sugiere que los mecanismos que impulsan el proceso de envejecimiento promueven la muerte acelerada de las neuronas que se observa en la enfermedad de Parkinson".

3. Se desconoce la causa de la enfermedad de Parkinson

Aunque no existe una causa específica de la EP, la investigación muestra posibles motivos:

  • Envejecimiento. El proceso de envejecimiento puede contribuir a la muerte acelerada de las neuronas dopaminérgicas que están relacionadas con la EP.
  • Genética. Ciertas mutaciones genéticas aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. Investigaciones recientes sugieren que el 13% de las personas con enfermedad de Parkinson presentan una variante genética que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.
  • Antecedentes familiares. Aunque no se encuentre una mutación genética, los antecedentes familiares de EP pueden aumentar el riesgo. Sin embargo, no hay garantías de que los hijos de personas con EP vayan a desarrollar la enfermedad.
  • Factores ambientales. La exposición a pesticidas, las conmociones cerebrales repetidas, un estilo de vida sedentario y, posiblemente, la exposición a la contaminación atmosférica pueden aumentar el riesgo de EP. Se sigue investigando cómo pueden contribuir estos factores externos a la aparición y progresión de la enfermedad.

4. Existen numerosos tratamientos

Aunque la EP no tiene cura, existen muchos tratamientos para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Medicamentos como la Levodopa pueden ayudar a restablecer los niveles de dopamina y reducir los síntomas motores, mientras que otros fármacos pueden tratar los síntomas no motores. Además, se recomienda encarecidamente la fisioterapia y el ejercicio regular, ya que se ha demostrado que ralentizan la progresión de la enfermedad y mejoran la salud en general.

5. La enfermedad de Parkinson aumenta en EE.UU.

La prevalencia de la EP está aumentando y se espera que lo haga en las próximas décadas. Un estudio publicado en 2022 encontró que la EP entre los adultos mayores es un 50% más alta que las estimaciones actuales de 60.000 adultos diagnosticados anualmente. Las razones no están del todo claras. 

"Podría ser que somos mejores en el diagnóstico o que hay más conciencia en la comunidad", dice Lamotte. "También es probable que la exposición a factores ambientales desempeñe un papel importante".

6. El diagnóstico precoz es fundamental

Si alguien experimenta síntomas de EP, como temblores o dificultades de movimiento, es importante que se lo comente a su médico.

El diagnóstico y la intervención tempranos pueden mejorar la calidad de vida y ayudar a adaptar los tratamientos a las necesidades individuales. Encontrar el plan de tratamiento adecuado ayudará a mejorar la calidad de vida de la persona que vive con EP.